31 de maig 2012

"Xenofobia, respeto e inmigración."


Javier Martínez Moyà.- Nos encontramos en tiempos extraños, donde la situación económica hace desvariar a la gente. Algunos aprovechan la ocasión para explotar los dramas y con ello poder vivir de este cuento, mal enfocado por el sistema y ajeno a la mayoría de los ciudadanos a la hora de defender la nacionalidad, conllevando con ello una xenofobia infumable que nadie de los nuestros debería apoyar, es más, nuestro entorno debería rechazarlo.

Algunos creen que la identidad es el rechazo a los demás, la humillación y la falta de respeto por el diferente, ante estos hechos, nuestro mensaje debe ser claro, no hay superioridades o inferioridades étnicas, hay diferencias y nuestro deber es procurar en la medida de lo posible, su existencia. Cuando alguien se queda aislado, pretendiendo crear una célula independiente al mundo cae en un error, es un separatismo que en España ha calado hondo durante muchos años, no hay más que recordar el "Spain is different" tan comúnmente utilizado por el facherío casposo, y es cierto que esa gente vive en otro mundo y por ello hay que dejar claro que no queremos saber nada de ellos.

Confundir los términos, los principios y las prioridades es algo que sucede habitualmente, ante ello nos encontramos gente que no entiende que lo que nosotros buscamos es el respeto y la tolerancia con el explotado y que nuestro discurso debe estar enfocado contra los explotadores. Por ello, hay que plantear una lucha social, que nos aleje de esa extrema-derecha que nada tiene que ver con nosotros, es más, se sitúa a las antípodas de nuestra idea.

La xenofobia la crea el sistema, cuando en lugar de atacar las injusticias sociales, nos plantea la lucha étnica, cuando prima la condición laboral a la condición humana. Cuando se recortan derechos a ciudadanos que residen en España, y se sigue pagando la deuda de la banca corrupta. Cuando se permite situaciones como las de Salt y se sigue vendiendo un mensaje de que todos somos iguales, siendo que hay una marcada diferencia étnica y cultural, que ante esta crisis económica, (que en realidad es una crisis bancaria) desampara a los pobres, haciendo que en dichas ciudades la situación que de por sí ya es insoportable por las notorias diferencias culturales, se le sume la lucha de clases, enfrentando culturas y formas de entender la vida, con niveles sociales de vida.

Por ello pedimos respeto por la gente trabajadora, por los oprimidos, por las identidades, por todo lo que nos hace humanos y cercanos los unos de los otros. Y también por ello desafiamos al sistema, es más, somos absolutamente contrarios a este sistema, pues entendemos que la inmigración es culpa del sistema, que odia las diferencias, que no entiende de diferencias étnicas o culturales, que es ajeno a la nación y por consecuencia es apátrida y genocida.

Defenderemos las identidades, frente al sistema igualitario que las niega y las corrompe. Denunciaremos a los explotadores, magnates que trafican con vidas humanas poniendo precio a las cabezas de los trabajadores/ras. Lucharemos por la justicia social allí donde esta se esté atropellando. No es xenofobia, es respeto, por los de casa, por los obligados a irse de casa para poder sobrevivir, luchando contra los explotadores, de casa y fuera de ella.

Por todo ello, los identitarios deben adaptar a su lenguaje y también a su ideología este mensaje claro y contundente, que no deja de ser el verdadero mensaje revolucionario, aquel mensaje que no entiende de mediaciones, que está por encima de los parámetros establecidos por este sistema; sistema que empobrece a todos los pueblos, los del tercer mundo y también los del supuesto primer mundo (pues el primer mundo es para el capitalismo, un haz de pueblos endeudados sin soberanía).

*Militante de Plataforma per Catalunya (PxC) en Arbeca (Lleida).