1 d’oct. 2012

"¿Contra los inmigrante​s o contra la inmigració​n?"


Javier Martínez Moyà.- Muchas veces, -estas no conforman la mayoría-, algunos de los que se acercan a nuestras filas, ya sea en el ámbito político o cultural, se adhieren a nuestro movimiento partiendo de la base de la etiqueta que el sistema nos ha impuesto. Encontrando en nosotros un mundo completamente diferente al que ellos -capitalistas y banqueros- les han vendido. Mostrándonos de cara al público como un saco de patatas podridas, siendo que lo sano se encuentra en el interior de nuestras ideas y filas, mientras ellos (parásitos de las subvenciones), son el verdadero saco podrido, un saco viciado y corrompido, que propugna la usura y la especulación.
Por ello, viendo que algunas veces nuestro mensaje se distorsiona tanto, que casi se nos equipara a la xenofobia extrema (siendo que nosotros no albergamos odio hacia ningún pueblo/nación del mundo), me veo en la obligación por principios y convicción de señalar en este artículo la verdadera cara la moneda identitaria, una moneda que a parte de estar lejos de la xenofobia, también la repugna.
El artículo es titulado con una pregunta y alguno de ellos pensará que significa lo mismo, estar en contra de los inmigrantes que de la inmigración, por ello, hay que dejar claro que significa cada cosa, para saber si uno está en contra de los inmigrantes o de la inmigración. Vamos allá:
Inmigrante: adj. y com. [Persona] que llega a un país distinto del propio para establecerse en él:
Inmigración: f. Movimiento de población que alude a la llegada a un país de personas de otra nacionalidad para establecerse en él:
Como podemos ver, de forma etimológica, el inmigrante es un individuo y por tanto, equivale a una persona, y lo siguiente, la inmigración es un fenómeno. Uno no puede estar en contra del inmigrante, por el simple hecho de que no se puede estar en contra de una persona, ya que hay personas buenas en todas las naciones del mundo, igual que hay gente lista y gente con bajo nivel cultural, gente rica y pobre, gente honrada y ladrona.
Por tanto, nunca puedes criminalizar a una persona por el simple hecho de ser de una cierta condición (económico-profesional, académico-cultural). De esta manera, resumiremos que estar en contra de los inmigrantes es estar en contra de un colectivo formado por personas, por ello nos oponemos a ser contrarios a las personas. Ante ello nos encontramos gente que viene a trabajar y otra a delinquir, gente de nuestro tronco étnico-cultural y otros ajenos a él. Parte de cada persona y de la comunidad de origen.
En adelante, nos encontramos con la inmigración, un fenómeno del siglo XXI, que para ser del siglo XXI nos recuerda a ciertos modelos de sociedades que utilizaban la esclavitud (coherente en esas edades, donde la consideración humana apenas existía, pero hoy, debería ser cuanto menos rechazado). ¿Qué es la inmigración?
La inmigración es un fenómeno organizado y vinculado a los estados actuales, con el apoyo del nacionalismo de EE.UU y de Israel (promotores de la entrada de Turquía y en menor grado de Marruecos a la UE), para en primer lado, rebajar las condiciones laborales y sus costes, y en segundo plano, destruir la identidad europea, para con ello tener un mundo universalizado. En pocas palabras la inmigración conforma la masa proletaria del siglo XXI sin identidad ni dignidad (¡ojo!, con ello no decimos que los inmigrantes no la tengan, sino que el fin de los capitalistas y banqueros es arrebatársela). Con ello, sin pueblos, sin etnias ni religiones, las naciones sucumben a la tiranía de los mercados apátridas, haciendo de la moneda el estado/nación vigente.
Por ello, está claro que Europa tiene un combate por su soberanía nacional, económica y política contra la inmigración. Pero también está claro que el combate contra la inmigración no pasa únicamente por criminalizar el fenómeno, pasa por denunciar a aquellos que lo han creado, aquellos que se han lucrado de él y también aquellos que quieren servirse de ellos, (els “nous catalans” que dice CiU). Estos son los nuevos votantes, pues ellos saben que los autóctonos no seguirán el juego de los grandes partidos por mucho más tiempo, por ello, estos ”nous catalans” servirán al sistema de valores que ellos han creado. ¿Simple no?… ¿quién los trae? La izquierda y la derecha liberal ¿para qué? para reducir los sueldos y suprimir nuestra identidad ¿con que fin? para tener una masa esclava y sumisa a sus ordenes.
Por ello, cuando veamos a un inmigrante levantando una mezquita, no debemos pensar “puto moro”, o cuando veamos un “top manta” no hay que pensar “maldito pirata” o incluso cuando veamos situaciones como las de Salt no hay que pensar “putos inmigrantes”. Hay que hacer la siguiente reflexión, eso lo hacen porque nuestros políticos lo permiten. Por tanto, nuestra camino para frenar la inmigración pasa por suprimir a los traidores y estos traidores son los gobiernos de turno y su falsa oposición, los verdaderos causantes de la inmigración no son los inmigrantes, son aquellos que pidiéndonos los votos cada cuatro años, los han traído para perjudicar a los autóctonos.
*Militante de Plataforma per Catalunya (PxC) en Arbeca (Lleida).
Fuente del artículo: http://www.alertadigital.com/2012/10/01/contra-los-inmigrante%E2%80%8Bs-o-contra-la-inmigracio%E2%80%8Bn/